domingo, 22 de diciembre de 2013



Bienvenidos a lo que ya es la página web oficial de mi novela "Espejos". 

Con ella en marcha, tendréis la oportunidad de hacer comentarios sobre la misma, conocer más datos del autor y novedades varias que os iré contando.

Muy contento de haber comenzado con esta andadura, estoy deseoso de saber vuestras opiniones para seguir mejorando de cara a la segunda - que viene de camino. 

Agradeceros una vez más a los que la adquiristeis en las diferentes presentaciones, y como no, a la gente que aún se anima a pedirlas por la web de la editorial. Un gran abrazo a todos ellos (:


¿Te atreverás a mirar?

martes, 29 de octubre de 2013

Otro medio se hace eco de "Espejos"

Gracias a nuestros amigos de "Librotecando", que han hecho una gran puesta en escena de lo que la novela pueda llegar a ser, "Espejos" tiene nueva mención en las redes.

Ya podéis echar un ojo a su interesante blog, donde multitud de aspectos literarios son tratados. Además, existe una eficiente muestra de autores noveles y consagrados en forma de reseña. 

¡Muchas gracias!

http://librotecando.blogspot.com.es/2013/10/novedades-literarias-espejos.html

¡Un mes nada más!

¡Menos de un mes!

Será en la "Casa de Zamora" de Madrid. Calle Tres Cruces 12 (Metro Gran Vía - es una calle paralela a Montera). Las puertas se abrirán a las 18:05 de la tarde del día 
30 de Noviembre 


Ojalá podáis asistir todos, lectores y amigos, pues será un bonito recuerdo y un orgullo saber que me habéis apoyado en esta aventura.


¡Un abrazo!

P.D.: Aquí os dejo el enlace oficial, por si queréis apuntaros a él 


miércoles, 2 de octubre de 2013

Presentación de "Espejos"

¡Buenas a todos!


Tengo el inmenso placer de anunciaros que la presentación de la novela tiene por fin fecha y lugar.


Será en la "Casa de Zamora" de Madrid. Calle Tres Cruces 12 (Metro Gran Vía - es una calle paralela a Montera). Las puertas se abrirán a las 18:05 de la tarde del día 
30 de Noviembre 


Ojalá podáis asistir todos, lectores y amigos, pues será un bonito recuerdo y un orgullo saber que me habéis apoyado en esta aventura.


¡Un abrazo!

P.D.: Aquí os dejo el enlace oficial, por si queréis apuntaros a él 


jueves, 12 de septiembre de 2013

Primera Mención como Autor


Desde la bella Huelva, me acaba de llegar una mención muy especial como autor. El equipo de "Reflejo de Sentimientos" ofrece una breve biografía y un resumen de "Espejos" para ir abriendo boca antes de su publicación -allá por Noviembre de 2013.

Muchas gracias a Leticia por su tiempo, espero que la obra guste tanto como el interés que has mostrado tú.

Echad un ojo a su interesante blog, que habla de todo el espectro del arte: poemas, pintura, literatura, etc.

De igual modo, os dejo el enlace directo donde aparece la información que a mi respecta.


reflejodesentimientos.blogspot.com

domingo, 11 de agosto de 2013

Expediente Warren: The Conjuring


Fantasmas. Posesiones. Exorcismos. Demonios que ocupan el cuerpo de una inocente... Larga es la lista de tópicos que hoy en día nos inundan hasta la saciedad en el cine contemporáneo. 

Nada nuevo, claro. Lo malo es que hablamos de James Wan (director de las grandiosas "Saw" e "Insidious"), entonces, hay que cambiar el discurso. Este australiano de origen asiático hace de su inteligencia el mejor antídoto para combatir la falta de ideas con una historia diferente que contar. Vayamos por pasos.

Como digo, lo que acontece en "The Conjuring" lo hemos visto en "tropemil" películas de género. Sin duda que sí. Sin embargo, la conjunción entre sustos originales e historias intensas es sencillamente brillante. La tensión embriaga al espectador más exigente y experto. Los eventos se suceden de menos a más, como buena película de terror. La aparición de ciertos elementos oníricos (vaho, reloj parado a cierta hora, etc.) elevan la cota de incertidumbre hasta límites ajenos al sentir humano. Magistral lección de cómo contar lo mismo de siempre de una manera absolutamente distinta.

Después de la tormenta siempre llega la calma... ¿o no?

Unión familiar. Los Warren, protagonistas de varias situaciones terroríficas relacionadas con los muertos, forman una especie de gabinete de ayuda contra el mal. En un momento dado, una madre desesperada les suplica ayuda: en su casa sucede algo, y es muy violento.

Bajo esta premisa -sencilla y nada novedosa-, nos enmarcamos en un devenir de acontecimientos bajo una atmósfera desasosegante. En unos años setenta donde la familia es el quilate más brillante y valioso, el mal irrumpe sin piedad, lanzando un órdago al eslabón más débil de todos: la unidad familiar. 

El mal se instaura en la casa, y no escapará hasta que alguien lo resuelva con éxito. La hostilidad se desata dentro de esos muros como una chispa enciende un fuego: lenta pero concienzudamente. Es aquí donde el principal talento de Wan entra en escena, que no es otro que la paciencia. La historia arranca a fuego lento, pero luego las ascuas nos desmenuzan para no dejarse apagar hasta el final -magníficos créditos finales.

La aparición no teme a la luz, pero la familia sí teme su falta

Sustos. Una vez hemos conocido el porqué de las desavenencias con el "nuevo inquilino", la tormenta de espadas nos arrolla. No hay respiro. Ni un sólo minuto. El ritmo que impulsa el director australiano quiebra el corazón del guerrero más bravo. Inconmensurable muestra de buena dirección con ángulos imposibles, elementos secundarios en la imagen que nada hace sospechar lo que vendrá y una elección de actores siempre digna, aunque sin muchos alardes. El combinado hace de esta película un clásico atemporal, que residirá en nuestras retinas para siempre. ¿Mejor película de terror de la historia? Puff... no me hagáis ir por ese camino, por favor.

No todo son sustos, que conste. La tensión es insoportable. El in-crescendo de imágenes y situaciones tenebrosas abruman al espectador. Con un gusto exquisito, el creador de "Saw" ejerce una presión tremenda sobre la historia. Da exactamente lo que cualquier amante de este género desea. Situación tras situación, la hostilidad va en aumento. El mal nunca claudica. El bien siempre lamenta.

Anabelle, instigadora del mal más perverso. Puente entre lo real y lo irreal

Miedo. Sensaciones de pavor vienen dadas cada poco tiempo a partir de la mitad del metraje en adelante. Especialmente cuando el espectador comienza a atar cabos sobre la crueldad de la casa en sí misma. Cuando se abre la puerta -maldita muñeca-, nadie será capaz de cerrar una sola ventana. 

Es el mejor ejemplo de horror que nadie puede ver en los cines hoy en día, y aunque no quería mojarme mucho, creo que el podio se queda corto para este perfecto ejemplo de pasarlo mal con placer. Una historia aterradora mil veces contada, con elementos novedosos y originales hacen que se olvide la primera premisa a pies juntillas. Es el nuevo maestro del terror, y de eso no hay duda alguna. Gracias James Wan. Gracias por amar este género tanto como para hacer lo que te gustaría ver.

sábado, 27 de julio de 2013

REC 3 (Génesis)


Tercer episodio de la popular saga REC. La verdad es que el registro ha cambiado totalmente. Y así su escisión de dos directores. Paco Plaza dirige esta joya -un tanto friki- en solitario; mientras que Jaume Balaguerò hará lo propio con la cuarta (y última) historia, que esperemos arroje un final digno de su innovación.

Después de haber leído multitud de críticas, donde los respetables espectadores preveían un "más de lo mismo", el director valenciano se desmarca de la cámara en mano, para dejarnos una más tradicional filmación. Primer cambio, un acierto, ya que después de dos partes muy parecidas, hubiera tendido a ser ese "aún más de lo mismo" que vetaron los detractores.

Partiendo de la premisa más pura que el cine, dio, da y dará, que es el entretenimiento, esta cinta lo consigue con creces -y vaya si lo consigue. El problema, que por otro lado es el de siempre, es que la gente se hace una idea errónea del producto que van a ver. Ha pasado tantas veces ("pues vaya chasco, yo pensé que "Señales" iba a ser como el Sexto Sentido), que ya no supone ninguna sorpresa. Y en efecto, "Señales", es una cinta magistral del Shyamalan que ya no tendremos nunca más, pero, NO es una peli de terror. Nadie la vendió nunca como tal. Nadie dijo que era "El Sexto Sentido 2". Da igual, los dignos espectadores, obcecados en ver siempre lo mismo, nunca aceptarán la innovación. Peor para ellos. Yo me lo he pasado de lujo con casquería, zombis e incluso una trama de amor en el medio muy bien conseguida.

La locura se instaura en el salón de bodas. Nadie sabe qué sucede.

Pretensiones elucubradas. Claro que sí. ¿Cuánto tiempo hace que no veis una película sin pretensiones? Pensarlo bien. Siempre pasa algo, una opinión cercana, un  blog de cine, una crítica de tal persona, etc. Así no se puede ver cine. El cerebro está hostil, y no quiere cuentas con nadie. Yo siempre he dicho que la cine hay que ir a ciegas, como si fuésemos tontos. No pensar en el probable final, disfrutarlo, dejarnos llevar, empatizar con los personajes. Así, sí se disfrutan las pelis. Precisamente, eso hice yo al ver esta tercera parte de REC -por llamarlo de alguna manera.

Zumo de arándanos. Violencia. Gore a saco. Color rojo por todos los lados. ¿Original? Verdaderamente, no. De hecho, nada de nada. ¿Divertida? Totalmente. Son ochenta minutos frescos. Sólidos.

Si bien es cierto que Plaza apenas revela nada del virus -dos detalles muy, muy sutiles-, ejerce de adalid del espectáculo que un buen cinéfilo siempre querrá ver: Acción. La casquería, como decía antes, es burrísima. Los planos no esconden ni la mitad de la mitad de lo que Plaza deja para la cuarta parte. ¡Es un escándalo! Cuánto echaba de menos este tipo de locuras. Qué mal ha hecho "Braindead"... y qué benditas son todas ellas.

Explosión de rabia y cólera de los infectados. Ya no somos familia...

Los efectos especiales y la barbarie, son exquisitos. Aunque no guste mucho el cine gore -creerme, esta tiene y mucho-, hay que admitir que se pasa un buen rato. Los sustos están poco logrados, y hay alguna situación (como viene repitiéndose en toda la saga) que es bastante predecible. No obstante, cumple su cometido, que no es otro que inquietar. No da miedo, pero es que tampoco es una cinta de terror al uso. Es una peli de zombis de toda la vida. ¿Acaso alguien tiene miedo de ver "La noche de los muertos vivientes"? Exacto, es que no es el mismo tipo de terror. Aquí no hay nada psicológico. De hecho, todo lo contrario, es lo más físico que te puedes echar a la cara -motosierras, cuchillos, lo que sea.

Por eso mismo, la cinta da lo que tiene; y obtiene lo que da, es decir, entretenimiento puro y duro. Como precuela, pues es un poco liviana, pues no arroja luz sobre nada. Si se hubiese titulado de otra forma, todos habrían dicho que es un escándalo. Pero es que la gente tiene la memoria muy fina, y la crítica muy gruesa. Hace tiempo que la novedad abandonó las salas de cine, sino mirar todos los episodios y remakes que hay. Así que, no me voy a poner exquisito con esta. Es decente. Da lo que quiere. Es bruta y gamberra (esos puntitos de humor negro, muy buenos). Las gotas ácidas no te haces desternillarte, claro que no. Pero una sonrisilla, si te gusta este género, esbozas seguro.

A la espera de cerrar el círculo, se sacan conclusiones. Una, Paco Plaza, ha tenido los bemoles de reinventar la saga, cuando ya se alumbraba un pesticida de varias películas iguales. Esto es un "Survival Horror" en toda regla, y se disfruta muy mucho. Dos, la originalidad brilla por su ausencia. Pese al entretenimiento global que otorga, da la sensación de que la tensión se podría haber percutido un poco mejor. Hay demasiada muerte fácil de entrever, y por ello, la tensión decrece un poco. Pese a todo, me da la sensación de que Plaza ha propuesto el juego si importarle mucho la parte de I+D, es decir, te sirve en bandeja lo que se supone que se va a ver: sangre, sangre y sangre. Fuera medias tintas de ángulos espectaculares. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Grande Plaza

lunes, 22 de julio de 2013

The Purge (La Ciudad de las Bestias)


Uno por ciento de desempleo. Apenas hay violencia por las calles. Las comunidades de vecinos no temen por sus pertenencias durante todo el año. Bueno, mejor dicho, durante 364 días al año... el que resta, se desata la purga.

Con esta interesante y original premisa, nos involucramos en la barbarie de la sociedad actual. Si bien es cierto que el film es ficción absoluta, quedan demasiadas reminiscencias sobre la carencia de humanidad en el aire. Sobrevuelan por la sala de cine, sabedores los espectadores de que algo así podría llegar a suceder. De hecho, es todo lo contrario, ocurre durante 364 días al año: robos, violaciones, atracos, asesinatos, ajuste de cuentas, etc.

Volvamos al cine, que la vida ya la tenemos muy vista. Un sólo día al año, todo tipo de violencia queda permitida de manera legal, siempre y cuando, el resto del año, la población se comprometa de alguna manera a no delinquir. Todo vale. Problemas con el jefe, mal entendidos... lo que sea. Con dicha excusa, la alta alcurnia de la sociedad puede "purgar" las calles de "molestos" vagabundos e inmigrantes, relanzando el sistema de la purga como una eficaz lucha contra el bienestar social.

La vigilancia se extrema durante las horas previas a la purga

Mucho había leído en internet sobre la película -casi todas las críticas la tildaban de irregular, lenta y previsible-, pero no hay que dejarse llevar por las masas. Mejor la opinión de cada uno. Al menos, con esta última, nadie puede engañarte.

Comercial. El trasfondo social que James de Monaco ofrece tras las cámaras es super interesante. El tándem de maldad y mala suerte, compromete a una millonaria familia, siendo ésta objetivo de unos fans (por llamarlos de alguna manera) de la purga. Ese derecho a redimir sus pecados. Ese sentimiento que hace mejores a las personas durante un año, colapsando su mente tan sólo una noche.

La idea, no solo es sugerente, sino brillante. No tanto lo es en contenido, pues la película brama comercialidad palomitera por las cuatro esquinas, y eso, es un problema a la hora de digerir los típicos -malditos seáis- clichés del género, que no comentaré para que os pongáis nerviosos vosotros mismos con los movimientos -cuanto menos extraños- que ejecutan los protagonistas. Qué lástima que los productores no se hayan atrevido con un director con más bemoles, que se hubiese olvidado del "Recomendado para menores de 13".

Las máscaras, uno de los aciertos del correcto film

Un inicio típicamente americano, con saludos patriotas, deseos de una noche segura y demás parafernalia, el espectador espera acontecimientos. No aburre. No excita. Sólo avanza, torpemente, pero avanza. Tras pasar dicho lapsus, la acción comienza a desarrollarse. Los sucesos van y vienen con mayor agilidad, y sí, la acción tiene sus cotas anchas en cuanto a sangre y dinamismo. El intermedio de la película se convierte en la mejor parte. Muchas preguntas en el tintero, algún giro semi-interesante de guión -decente guión, todo sea dicho, si no fuese por algunos comentarios tipo: "¿Qué está pasando, papá?", que después de ser pronunciados trece veces, pierde fuelle y roza el ridículo- y unos villanos bastante misteriosos. Gran punto el de llevar esas máscaras siniestras con una sonrisa perenne. Punto a favor.

Lamentablemente, el final deja frío al espectador. Pese a tener un par de momentos de incertidumbre muy bien logrados, con ángulos de cámara muy puntiagudos, rozando el primerísimo primer plano, el "slasher" se instala definitivamente en las pantallas sin ton ni son. De repente, todo el mundo sabe matar, y parecen soldados profesionales. Cosas de América, supongo. No obstante, resta credenciales a la "realista" historia.

Con un final dinámico y relativamente sorprendente -aunque no mucho, insisto- de Monaco intenta dejar la última bala en la recámara. Lo que pasa es que, ya es tarde. Demasiado tarde para adecentar el resultado final. Da pena ver cómo la idea se hubiese desarrollado con un cineasta más, digamos, experto en terror o suspense (no quiero ni imaginarme cómo habría sido la peli bajo la firma de John Carpenter o Tobe Hooper. Soñemos).

No ha sido así. Es lo que tiene el cine "low cost", buscan artistas poco conocidos o poco vistos últimamente en cine, y con unos cuántos dólares, hacen fortunas. "¿Para qué complicarse? Seguro que podemos hacer otro remake cuando las cosas vengan mal dadas" Lástima que no se tomen riesgos asumibles con ideas tan brillantes como ésta. Da pena salir del cine habiendo disfrutado, pero sabiendo que se te va a olvidar absolutamente cada fotograma al día siguiente. Gajes del oficio, supongo.

sábado, 20 de julio de 2013

Publicación de mi obra


La escritura; ese arte de llevar la palabra al olvido. De traerla de vuelta con un simple gesto, que no es otro que el de volver a coger aquel libro olvidado de la estantería. En ese preciso momento, todo gira y vuelve. La palestra de colores se reaviva, se surte de los alrededores de la memoria. 

Ese sentimiento es el que se encuentra cuando lees un libro por segunda, tercera vez. Un momento de distancia que se acorta con imágenes que nos sonaban, pero que quedaron atrás en la incertidumbre del que cree que no necesita volver a leer tal documento. Una vez basta.

Gracias a la insistencia, y al buen consejo de algún amigo (tú sabes a quién me refiero, mentor), mi sueño de publicar una novela, se ha convertido en realidad. Saldrá a la luz en octubre -o quizá noviembre, la espera no importa- una parte de mi. Una historia que comenzó en un folio en blanco, y terminó con un punto final. Una historia de la que espero disfrutéis leyéndola, como yo lo hice escribiéndola.

Ahora, vosotros podréis decididr, si queréis, leerla una, dos o incluso mil veces. Lo importante es el hecho de poder tenerla en la estantería con autores de todo tipo: Stephen King, Dean Koontz, Rebecca West... Me dará igual con quién me dejéis. Pero estaré allí. Y eso ilusiona un montón.

Cuando uno se pone a juntar palabras, no sabe hasta donde puede llegar. Quizás, las mismas podrían terminar en la papelera, o quizás, un editor decide que se las puede dar una oportunidad. El segundo camino, evidentemente, es mucho más complicado. No obstante, es el más ratificante. Alguien te está diciendo que confía en tu trabajo. Confía en tu buen hacer. O simplemente, toma los riesgos necesarios porque se ha quedado a medio camino de las anteriores premisas. Da igual.

En fin, desde este blog, quiero agradecer a todas y a cada una de las personas que han pasado alguna vez a leer alguna crítica, ya sea literaria o cinematográfica, que dieran también una oportunidad a mis palabras. Palabras que, en este caso relacionadas con algún objetivo particular, os han ayudado a decidir qué libro leer o qué película ver. Vosotros, con vuestra confianza, me habéis ayudado aún más a seguir creando. A seguir moviéndome por estos senderos de las letras. 

Así mismo, espero poder avanzaros noticias sobre el día concreto del lanzamiento oficial de lo que ya será mi primera novela en el mercado ("Espejos"), y que algunos ya habéis podido leer tres capítulos en este mismo blog. 

Ojalá y podáis leerlo entero de alguna manera. Ojalá y me comentéis qué os ha parecido, y con qué os quedáis de él. Qué se puede mejorar. Qué se debe corregir. Incluso, qué se debe aplaudir. ¿Por qué no? No hay mejor sueño que el de pensar que gustará. Yo tengo tanta ilusión en este instante, que confío en que os encantará. 

Un saludo a todos, y nos vemos pronto en las librerías (:

De hecho, el lunes 29 de julio, ya podré dar en primicia el nombre de la editorial que me acogerá y representará. Hasta entonces, sería de gran ayuda que dieras al "me gusta" en la página de Facebook -todo suma.

https://www.facebook.com/EspejosMirrors 

¡Mil gracias a todos!

sábado, 22 de junio de 2013

Superman: El Hombre De Acero



Combinación entre Christopher Nolan (guión) y Zack Snyder (dirección). Reapertura de un clásico de todos los tiempos por enésima vez. Conciencia de que la historia será diferente y espectacular a la vez. No creo que haya mejor cocktail para ser mezclado. En efecto, el hombre de acero vuelve. Vuelve con mucha fuerza.

Con una historia ya por todos conocida, se presenta la difícil tarea de devolver el mito a la palestra contemporánea del séptimo arte. ¿Lo habrán conseguido? He aquí el dilema. Sinceramente, y debido a todo el peso del "qué dirán" o del no menos conocido "si lo dice la mayoría será por algo", creo que esta crítica será malentendida por muchos y comprendida por pocos. Sí, en las webs más conocidas el nuevo Superhombre tiene alrededor del ocho de media. Aún así, no podemos confiar en la opinión de la mayoría por el simple hecho de serlo. A veces, sólo la opinión verdadera de un solo individuo, cuenta más que treinta diciendo lo mismo. Para gustos, colores.

Escandalosos giros, violentas y excelentemente ejecutadas escenas de acción, una forma distinta de contar la historia, etc. Estoy de acuerdo en todas y cada una de las premisas anteriores. No hay un sólo frame que se note en la espectacular calidad gráfica del film. Es un espectáculo visual sin precedentes. Las escenas donde la adrenalina y la destrucción de la ciudad se entremezclan no son gratuitas. De hecho, llegan cuando tienen que llegar. Están presentes con todo su esplendor, dando un paso adelante en los momentos donde decae el ritmo del metraje decae (lamentablemente, este hecho ocurre demasiadas veces en mi opinión).

La eterna pareja, busca el amor en el ocaso del mundo

Actores. La grandilocuencia de semejante unión pensadora (Snyder-Nolan), no podía terminar en saco roto. La elección de los actores ha sido acertada en términos generales, excepto en la pareja protagonista, que no destila química alguna. El hecho de haber fallado en la dupla principal, tanto para la trama amorosa como para el desenlace, hace que la película se balancee de manera inestable. 

No obstante, el film se sostiene por sí mismo pese a este grave paso atrás. Es una pena que no haya más afinidad entre ellos para llegar a empacar la historia como debiera, pero bueno. Kevin Costner (padre en la tierra) y la elegante Diane Lane (madre), son los dos principales secundarios que reclaman mejor compostura. Las tablas de ambos no van a ser descubiertas por mi, eso desde luego. Al tiempo, Rusell Crowe (padre alienígena -digámoslo así) y Laurence Fishburne (jefe del periódico "Daily Planet"), también elevan la categoría de los secundarios de auténtico lujo. Sus papeles sustentan el vacío general de ambos protagonistas. El crash, sin duda, es para el antagonista de la historia: Zod. No sólo da la sensación de falta de alma (similar al protagonista), sino que no tiene empaque suficiente para añadir mal alguno a su cliché. Así, es complicado poner en dificultades al protagonista, y por tanto, dotar de sentimientos más dramáticos a la película. Mala decisión.

Vuelvo a concederme la licencia de la opinión personal para esta crítica. Entiendo que a (casi) todo el mundo le chirriará esta crónica (de una muerte anunciada). Y ya lo siento. Pero es que no sólo de grandes actores y brillantes efectos especiales sobreviven las grandes producciones. Hay que exigirles mucho más.

El hilo conductor de la historia decae en múltiples ocasiones. El ritmo lento y poco preciso se acumula en la desazón del espectador. De repente, llega una escena de lucha y destrucción, y parece que remonta el vuelo. Nada más lejos de la realidad. De nuevo, una cadencia en los diálogos diáfanos y poco profundos, devuelven la rutina de bostezo a la sala. Es tremendo cómo de ágil y espectacular la película va de cuando en cuando; y cómo de perezosa e imprecisa se torna durante el otro tanto. Pese al comienzo entretenido e impactante, donde Clark Kent (Henry Cavill), de niño, comienza a preguntarse el porqué de esa extraña e inhumana fuerza, el ritmo se deteriora por completo cuando la acción sale a escena para paliar el vacío de coherencia de la mitad del metraje en adelante. Un sinfín de diálogos y situaciones que nada aportan al avance del film, dan al traste con la excelente e impresionante puesta en escena de la idea. Una idea que no cuaja en historia.

El héroe, complaciente, entiende que debe ser apresado para salvaguardar a la Tierra

148 minutos. Dichosa manía del cine de superhéroes actual de alargar innecesariamente el metraje de las películas. Como si así, de repente, otorgara más espectacularidad y épica al resultado final. Ya sucedió con la tercera parte del hombre murciélago, donde si se hubieran descontado veinte o treinta minutos, la nota habría subido varios enteros. Idéntico camino sigue este hombre de acero. Esos minutos de paja inservible lastran el -de por sí soso- final, y hacen flaco favor al cómputo global de falta de intensidad. Sí, es una falta de pegada terrible, que queda exclusívamente para las batallas y las explosiones -como decíamos, magistralmente diseñadas. 

En resumen, frialdad. Un frío extraño. Unas ganas de ver algo grande, y darte cuenta de que sólo has asistido a un fuego fátuo de explosiones y perfectos efectos especiales -sin duda, lo mejor de la peli. Por contra, esa inestabilidad argumental -que no viene por fallo de guión, sino por carencia de fluidez durante las escenas- disminuye la exigencia de análisis acertado por parte del espectador. 

Una verdadera lástima, porque la idea es concebida como novedosa. Sin embargo, no consigue llenar toda la pantalla con la ilusión necesaria. Esa falta de "cariño", deshace también la propia ilusión del espectador, que observa con lentitud como el reloj de arena va quedándose vacío... como vacíos nos quedamos en la sala. Esa sensación de "le falta algo" es perenne. No se te escapa. Por tanto, es evidente que nuestra memoria no volverá a rememorar ninguna escena de este intento de resucitación -para mi innecesaria- de personajes de cómic. Ya sucedió con Spiderman hace pocos meses. Si el resultado inicial es bueno, ¿por qué se empeñan en crear otro producto con el mismo interior pero con envoltorio diferente? ¿Acaso el ego de los directores americanos les puede? "Esto lo hago mejor yo, seguro".

Tengo plena confianza en las personas, no en la gente. Ejemplo claro es James Wan (Saw). No hizo más que la primera parte, y se marchó honrando su excelente producto. El resto, maravillas NUEVAS, como "Silencio desde el mal", "Insidious" y la futura "The Conjuring". La originalidad como emblema al valor.

miércoles, 24 de abril de 2013

Los Últimos Días


Segundo largo que nos ofrecen los hermanos Pastor, tras la decente e interesante "Infectados (2011)". Esta vez en lengua castellana y rodada íntegramente en Barcelona, la post-apocalíptica nueva era se cierne sobre los cines.

Una extraña infección-alergia-derivado a los espacios abiertos hace que todos los habitantes de la tierra queden encerrados en el interior de los edificios. Sin posibilidad alguna de salir a la superficie, la civilización se ve obligada a subsistir con la particularidad anteriormente referida. El alimento escasea, el agua es un buen muy preciado y la desconfianza desune a todo ser vivo.

Bajo esta premisa, los jóvenes autores catalanes profanan con destreza el subconsciente humano. El alter ego de la supervivencia queda anegado en las profundidades de los lugares donde, por fuerza mayor, son encerrados. La calidad técnica del film es exquisita, así como la ambientación y el conseguido maquillaje. Mención especial para esta última categoría.

La cuidad sumida en el más profundo desgobierno

Descontrol. El auto-gobierno al que la población se ve sumida es de una exigencia máxima. La desazón de los protagonistas se mezcla con imágenes pasadas de más cálida y enternecedora factura (a modo de flashbacks), donde todo parecía ir bien. Nada era así, pues mirad cómo van nuestras vidas en este instante... pero siempre una vida pasada fue mejor, desde luego. Quién puede imaginarse viviendo en las alcantarillas por no poder respirar el aire del exterior.

Con todo el viento en contra, las carencias humanas salen a la luz (interesante metáfora). En la confrontación con la madre tierra, el humano siempre sale perjudicado y especialmente dañado. Por ello, la vida empieza  a costar muy poco. En este vaivén de calamidades, los clanes se ubican en los mejores puntos, y las oportunidades de supervivencia decrecen ante la anarquía. Ahí es donde entran los absolutos y maravillosos protagonistas de la historia.

En un cúmulo de circunstancias -que no revelaré, por supuesto- Quim Guitierrez y José Coronado tiene que unir sus caminos e intentar deambular por el interior de la tierra hasta llegar a sus diferentes objetivos. Durante el proceso, ambos, totalmente diferentes por estatus y humanidad, se verán arrastrados a las tinieblas más angostas del mundo que conocíamos. Su tremenda implicación en la historia hace que el peso del film quede anclado en sus miradas. Tremendos papeles de ambos, que sugieren más que muestran. Muy eficaces.

Grandísimas actuaciones de los dos protagonistas

Bajo el avance de la inseguridad y el desgobierno que comentábamos antes, la dupla protagonista va avanzando no sin dificultades al lugar designado por cada objetivo. Sin interrupciones en cuanto a guión, que es bastante fluido, las penurias de el dueto se encargan de mantener la tensión necesaria para que la película aguante los últimos minutos con varias preguntas sin respuesta. 

En resumen, la gran calidad técnica de la obra más la soberbia actuación de Coronado y Gutierrez -amén de los excelentes secundarios como Leticia Dolera o la siempre eficiente, Marta Etura- hacen que los cien minutos se queden cortos. Verdaderamente, estamos de enhorabuena con la última hornada de jóvenes directores de género, que con buenas ideas y cada día mejores producciones, se perfilan como antecesores de un movimiento que confiamos percuta hasta el prestigio internacional tan anhelado. Empecemos por el nacional, donde las piedras vuelan de tejado en tejado sin proporcionar autocrítica alguna.

martes, 26 de marzo de 2013

The Descent



Después de varios meses sin sentarme en "la silla", aquí volvemos con energías renovadas. Sí, por fin he terminado mi mayor obra hasta la fecha (¡¡un libro!!) que me ha tenido totalmente absorbido. Pronto os daré más cuenta de ese camino. Ahora nos conlleva otro.

"The Descent" es un subidón en toda regla. Sin tapujos. Sin miramientos. Es una oda al miedo proyectado en una película. Es un sentimiento de agonía y claustrofobia que prácticamente no se aguanta. Desglosemos pues.

Un grupo de mujeres jóvenes deciden hacer espeleología en unas cuevas al oeste de un lugar cualquiera -presumiblemente Reino Unido- para animar a una de ellas tras la pérdida de su marido. Tras animarla a que coja sus bártulos y se apunte al carro, el grupo de seis mujeres se adentra desde el inicio en una espiral de acusaciones -o egos- que vienen muy bien durante el metraje para estar alerta. Nada es lo que parece, ni siquiera tus amigas de toda la vida lo parecen... Lamentablemente, los acontecimientos giran pronto en un sinfín de malos movimientos, que consciente o inconscientemente, guían al grupo a una cueva inexplorada y oscura donde los malos augurios no han hecho más que empezar, pues las cuevas SÍ están exploradas por unos moradores muy interesantes...

La fotografía de la película es uno de los puntos fuertes para mantener la sensación de ahogo

Con esta original -o no- trama, Neil Marshall se adorna con unos ángulos de cámara bastante interesantes (contrapicados de las muchachas saltando de montaña en montaña, primeros planos donde "cosas" que no esperamos salen de detrás de las tinieblas, etc.). La habilidad del director inglés es de sobra contrastada para estos campos técnicos. Especialmente bien conjuntados con la elegante y compleja fotografía de Sam MacCurdy -habitual de Marshall en todas sus films-, los planos secuencia otorgan al espectador un grado de pertenencia al sufrimiento que vienen muy bien para no despegar los ojos del televisor.

Claustrofobia. Sí, y mucha. El grado de ahogo que se siente durante el visionado prácticamente asola al espectador. La tensión del momento está muy bien llevada. Las actrices hacen un trabajo bastante digno, teniendo en cuenta que ninguna es especialmente conocida. La conjunción de acontecimientos está muy bien anclada en términos generales -lástima de ese final tan... tan... poco final.

El impacto que la noche eterna de la cueva entrevé hace que debas respirar a conciencia. De veras que algunas escenas están dotadas de una espectacularidad digna de mención. La película, como bien sabemos, mama del terror más clásico de leyendas visuales del tipo ochentero (se me ocurre la categoría del montaje en el "El final de la escalera" como hilo conductor excelente de la historia). La sinrazón, debido a la pérdida de la orientación por parte de las mujeres, se acelera de forma adecuada. Es decir, ni se vuelven locas al principio perdiendo el control, ni se relajan haciendo una fogata esperando a ser rescatadas. Todo lo contrario, se quedan en un término medio que podría categorizarse como realista. Uno se lo cree, y eso ya es mucho decir en este tipo de género.

Los habitantes de la cueva no desean ser usurpados de su descanso...

El caos llama a la puerta con el primer desfallecimiento. El cansancio trae errores. Los errores traen consecuencias. Si añadimos ésto al hecho de que las rencillas interpersonales comienzan a formar parte de las historia, llegamos a un buen puente de unión entre terror y cotidianidad dramática de amistad. Bien ejecutados movimientos de guión (ahora me pierdo, ahora se me rompe la anilla, ahora me quedo atrapada en este hueco, etc.) hacen que, forzados o no, el núcleo de la historia fluya relativamente rápida hasta su desenlace. Ese desenlace... tan frío... tan poco original lastra la puntuación final del film. Y lo hace bastante.

Una vez se descubre el pastel -queridos habitantes violentos de la cueva, calmaos por favor- la cinta alterna momentos brillantes de desasosiego puro con situaciones un tanto extrañas, que desnivelan la anteriormente mencionada credibilidad de los hechos. Lo peor no es eso, ya que en toda película que se tercie hay algunos momentos más creíbles que otros. El problema es que la mayoría de ellos vienen cuando el final se aproxima al apeadero. Y eso, cuando el final es tan regular, no es bueno. Nada bueno.

Pese a ello, los primeros sesenta y cinco minutos que Marshall ofrece son excelentes. La intrahistoria de los personajes cobra bastante importancia y son contados con acierto. La fotografía y la dirección son sencillamente brillantes. Ni una sola pega. De hecho, todo lo contrario, los primeros compases hacen de "The Descent" una película original y recelosa de olvidar para las memorias menos exigentes, pues contiene algunas escenas bastante llamativas para el género que nos ocupa. 

No obstante, ese dramático y poco rebuscado final desluce el excelente trabajo de los tres primeros cuartos de metraje. No es el fin del mundo. En otras palabras, la película no es un bodrio por culpa de ese descafeinado final. Para nada. Sólo que da rabia saber que podría haber mantenido esa senda de naturismo, drama y terror del principio durante todo el metraje, y no decantarse por el violento choque entre habitantes y mujeres sólo porque sí. Aún así, sólo por los factores positivos que aquí se comentan, desde luego que merece la pena meter la cabeza en la oscuridad y no sacarla durante noventa minutos. Creedme, si alguien sobrevive y sale a la luz, expulsar el aire a la vez. Os sentiréis aliviados.

domingo, 6 de enero de 2013

28 Semanas Después


¡Por fin! Por fin encontré el tiempo necesario para escribir sobre esta maravilla de film. En un día como el de hoy (de Reyes según dicen), os doy la crítica de lo que para mi es la reina de las películas de terror. Todo en su conjunto es un acierto. No sobra ni un segundo del metraje, todo lo contrario, quizá le falte.

Secuela de la no menos brillante (aunque ligeramente inferior) "28 días después" donde Juan Carlos Fresnadillo, director canario que el año pasado estrenó una elegante y clásica "Intruders", suple tras la cámara a Danny Boyle. Alentado por la crítica internacional, los trabajos del director londinense no me terminan de llenar del todo. En "28 días después" consiguió dar un giro a su artística forma de crear cine, y esta vez sí, tengo que admitir que ese toque tan británico adecentó la intensidad y la pausa de la primera parte.

Comparativa. Dada la obviedad de que Danny Boyle estuvo involucrado en el proyecto de la secuela que comentamos, el cerebro humano tiende a comparar productos que, por parecidos, no tienen nada que ver el uno con el otro más allá del hilo conductor que los une: una historia brutal de valores humanos perdidos. 

Lejos de zombies, monstruos y locura, está la perdición del ser humano como persona. La cinta tiene momentos memorables que la han convertido en un clásico del género de terror. Sin duda para mi, la mejor película de terror echa hasta la fecha (lo siento "El Exorcista", algún día llegaría ese momento), y no es poco decir. Un anhelo de humanidad que deambula por el metraje hasta hacer al espectador claudicar, y terminar confesando que somos aún animales. Somos seres que buscan su egoísta beneficio sin mirar atrás. Perfecto ejemplo de estas palabras es el arrollador e impresionante comienzo del film. Visualmente impactante, verdaderamente memorable. Ya mencionado en este blog, Don (Robert Carlyle, "Full Monty") ejecuta la acción primaria del instinto humano: sobrevivir. Con muchas ganas de contar qué sucede, y sin poder hacerlo para que lo veáis vosotros mismos, los ocho primeros minutos de la cinta dejan helada la sangre del más valiente. Un bombazo de secuencia. De lo mejor para quitar el hipo, sin duda.

¿Os suena esta imagen? 
Mejor que no echéis un vistazo al resto del blog si no habéis visto la peli aún

Clichés rotos. Precisamente Robert Carlyle, de sobra conocido por su papel protagonista en "Full Monty", rompe las barreras de la interpretación. Se acabó poner su cara al striptease y al humor que rodeó su consagración como artista internacional. En este rol de padre sufridor, Robert otorga al espectador la empatía-o la rabia- necesaria para seguir sus pasos hasta el por qué de su -mezquina- reacción. En otras palabras, el actor británico porta sobre sus hombros la gran mayoría de responsabilidad visual en la película. Un juicio de valor imparable que le losa durante TODO el metraje. Es una especie de análisis que le señala durante los cien minutos de duración, y donde por supuesto, sale fortalecido de su extrema actuación.

La antesala al inicio de la demencia no se hace tanto de esperar, como sí sucede en la primera parte. Aquí el director canario se remanga desde el principio, poniendo los pies en el barro desde el minuto uno. Se agradece. Sin duda que se agradece. La tensión acumulada durante ciertas escenas no se calma con los típicos interludios más blanditos, básicamente porque no existen tales. El dinamismo que Fresnadillo otorga a las escenas ejerce una presión en el espectador que va en considerable aumento con la carga visual. ¿Sangre? ¿Efectos especiales? A todo sí, pero de forma justa. La violencia forma parte del ser humano, y como tal, debe aparecer en un mundo post-apocalíptico donde muertos veloces se levantan por culpa de un virus y moran a su libre antojo por un vacío Londres (atención a las tomas de la ciudad vacía. Impresionantes). Por lo tanto, no podemos decir que es una película para estómagos sensibles, pues no lo es, pero ciertamente, se puede ver con una bolsa al lado, por lo que pueda pasar...

La desdicha de los iracundos infectados es morar sin rumbo

Hay varias opiniones negativas que he leído en otros sitios sobre el flojo guión y la mala elección de actores, dando un sobresalente, casi único, al apartado técnico. Os animo a que seáis vosotros los que decidáis, porque no hay mejor manera de entender las opiniones que entrecruzarlas con las de uno mismo. De igual modo, seguro que todo es digno de mejora, ya que no existe la película perfecta. Incluso en nuestras favoritas, nosotros, como espectadores ajenos, hubiéramos cambiado "esto" por "aquello", pero lamentablemente no podríamos hacer una película todos juntos, así que esto es lo que queda. Intentemos disfrutarla.

Apartados técnicos y visuales aparte -a mayor presupuesto, mejores medios-, la colorida fotogafía y los rápidos y sofocantes movimientos de cámara (guiño a la primera parte) hacen de "28 semanas después" una película top. Una horda de sensaciones extremas donde la condición humana se pone en duda. Unas situaciones donde el velo de esperanza para encontrar una cura se desliza sobre la pantalla. La puerta queda abierta para una tercera secuela, es posible, pero la crítica social ya está hecha desde esta segunda parte. La  sustancia de la posible cura secunda los dotes dramáticos a la última -y brutalmente violenta- parte del metraje, donde el desenlace comienza con el intento de reconstrucción tras el oásis de cordura al que el mundo se ve envuelto. 


En definitiva, estamos ante un derroche visual y violento de choque. Una dósis de autoconciencia ante el mundo que quién sabe cuando, nos tocará vivir. Un mundo donde las personas abandonan ese estatus y se convierten en meros supervivientes dentro de la espiral de caos perenne que asola el cosmos. La concepción de humanidad y la moralidad de nuestros seres afines queda en entredicho en sólo cien minutos. Las migajas que sembramos son recogidas individualmente. Nadie más es gobernante de su vida. Ahora serás tú el que gobierne la tuya. Si quieres vivir, corre...