Tercer episodio de la popular saga REC. La verdad es que el registro ha cambiado totalmente. Y así su escisión de dos directores. Paco Plaza dirige esta joya -un tanto friki- en solitario; mientras que Jaume Balaguerò hará lo propio con la cuarta (y última) historia, que esperemos arroje un final digno de su innovación.
Después de haber leído multitud de críticas, donde los respetables espectadores preveían un "más de lo mismo", el director valenciano se desmarca de la cámara en mano, para dejarnos una más tradicional filmación. Primer cambio, un acierto, ya que después de dos partes muy parecidas, hubiera tendido a ser ese "aún más de lo mismo" que vetaron los detractores.
Partiendo de la premisa más pura que el cine, dio, da y dará, que es el entretenimiento, esta cinta lo consigue con creces -y vaya si lo consigue. El problema, que por otro lado es el de siempre, es que la gente se hace una idea errónea del producto que van a ver. Ha pasado tantas veces ("pues vaya chasco, yo pensé que "Señales" iba a ser como el Sexto Sentido), que ya no supone ninguna sorpresa. Y en efecto, "Señales", es una cinta magistral del Shyamalan que ya no tendremos nunca más, pero, NO es una peli de terror. Nadie la vendió nunca como tal. Nadie dijo que era "El Sexto Sentido 2". Da igual, los dignos espectadores, obcecados en ver siempre lo mismo, nunca aceptarán la innovación. Peor para ellos. Yo me lo he pasado de lujo con casquería, zombis e incluso una trama de amor en el medio muy bien conseguida.
La locura se instaura en el salón de bodas. Nadie sabe qué sucede.
Pretensiones elucubradas. Claro que sí. ¿Cuánto tiempo hace que no veis una película sin pretensiones? Pensarlo bien. Siempre pasa algo, una opinión cercana, un blog de cine, una crítica de tal persona, etc. Así no se puede ver cine. El cerebro está hostil, y no quiere cuentas con nadie. Yo siempre he dicho que la cine hay que ir a ciegas, como si fuésemos tontos. No pensar en el probable final, disfrutarlo, dejarnos llevar, empatizar con los personajes. Así, sí se disfrutan las pelis. Precisamente, eso hice yo al ver esta tercera parte de REC -por llamarlo de alguna manera.
Zumo de arándanos. Violencia. Gore a saco. Color rojo por todos los lados. ¿Original? Verdaderamente, no. De hecho, nada de nada. ¿Divertida? Totalmente. Son ochenta minutos frescos. Sólidos.
Si bien es cierto que Plaza apenas revela nada del virus -dos detalles muy, muy sutiles-, ejerce de adalid del espectáculo que un buen cinéfilo siempre querrá ver: Acción. La casquería, como decía antes, es burrísima. Los planos no esconden ni la mitad de la mitad de lo que Plaza deja para la cuarta parte. ¡Es un escándalo! Cuánto echaba de menos este tipo de locuras. Qué mal ha hecho "Braindead"... y qué benditas son todas ellas.
Explosión de rabia y cólera de los infectados. Ya no somos familia...
Los efectos especiales y la barbarie, son exquisitos. Aunque no guste mucho el cine gore -creerme, esta tiene y mucho-, hay que admitir que se pasa un buen rato. Los sustos están poco logrados, y hay alguna situación (como viene repitiéndose en toda la saga) que es bastante predecible. No obstante, cumple su cometido, que no es otro que inquietar. No da miedo, pero es que tampoco es una cinta de terror al uso. Es una peli de zombis de toda la vida. ¿Acaso alguien tiene miedo de ver "La noche de los muertos vivientes"? Exacto, es que no es el mismo tipo de terror. Aquí no hay nada psicológico. De hecho, todo lo contrario, es lo más físico que te puedes echar a la cara -motosierras, cuchillos, lo que sea.
Por eso mismo, la cinta da lo que tiene; y obtiene lo que da, es decir, entretenimiento puro y duro. Como precuela, pues es un poco liviana, pues no arroja luz sobre nada. Si se hubiese titulado de otra forma, todos habrían dicho que es un escándalo. Pero es que la gente tiene la memoria muy fina, y la crítica muy gruesa. Hace tiempo que la novedad abandonó las salas de cine, sino mirar todos los episodios y remakes que hay. Así que, no me voy a poner exquisito con esta. Es decente. Da lo que quiere. Es bruta y gamberra (esos puntitos de humor negro, muy buenos). Las gotas ácidas no te haces desternillarte, claro que no. Pero una sonrisilla, si te gusta este género, esbozas seguro.
A la espera de cerrar el círculo, se sacan conclusiones. Una, Paco Plaza, ha tenido los bemoles de reinventar la saga, cuando ya se alumbraba un pesticida de varias películas iguales. Esto es un "Survival Horror" en toda regla, y se disfruta muy mucho. Dos, la originalidad brilla por su ausencia. Pese al entretenimiento global que otorga, da la sensación de que la tensión se podría haber percutido un poco mejor. Hay demasiada muerte fácil de entrever, y por ello, la tensión decrece un poco. Pese a todo, me da la sensación de que Plaza ha propuesto el juego si importarle mucho la parte de I+D, es decir, te sirve en bandeja lo que se supone que se va a ver: sangre, sangre y sangre. Fuera medias tintas de ángulos espectaculares. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Grande Plaza
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