domingo, 12 de agosto de 2012

La Trampa del Mal



Cinco desconocidos se suben como cada día en el ascensor de un edificio de Filadelfia a sus respectivos puestos de trabajo en diferentes plantas. Nadie observa a nadie, pues solo están de paso. De repente, el ascensor se detiene entre plantas y comienza a reinar el caos. Nada es lo que parece, y sobre todo, nadie es quien parece ser.

Con esta inquietante sinópsis comienza la película de los hermanos Dowdle, con guión del también inquietante (por su irregularidad) M. Night Shyamalan, inequívoco en sus constantes frases sonrojantes y sin sentido, tan característico en su filmografía, pero que en esta ocasión, y definitivamente gracias al otro guionista que firma los diálogos (Brian Nelson) queda algo más decente.

Ligeramente superior a los últimos trabajos de Shyamalan, donde quizá sea una idea un tanto recomendable y reveladora para su carrera, viendo sus últimos trabajos especialmente, podría dedicarse a producir y dar ideas, dejando la parte de elaboración a otros directores más visionarios (juicio personal). 

La verdad que la factura técnica de la pelicula es aceptable. No está mal hecha, no tiene mal guión -del todo-, los actores solventan relativamente bien su papel, etc. El problema viene por ahí. Si todo es demasiado normal, significa que no soprende, que no recuerdas ninguna escena digna de quedarse en tu corteza cerebral... por lo tanto, hablamos de un film bien llevado, corto -lo cual es beneficioso- y un final con un cierto giro argumental inesperado, que le hace superar el cinco por los pelos (muy en la onda Shyamalan también).


Como apunte final, decir que la versión original está bastante mejor, sin duda, que la castellana, porque el doblaje es lamentable. Aceptable sin más.

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